Actividades de inteligencia emocional para niños

Las actividades de inteligencia emocional suponen un refuerzo para su educación. Conocemos varias inteligencias que desarrollamos durante la etapa académica, la inteligencia emocional será crucial para su futuro y por tanto, es importante que aprendan a gestionar sus sentimientos e interpretar los sentimientos ajenos durante sus primeros años. 

Las actividades para trabajar la inteligencia emocional permiten mejorar sus capacidades y asentar hábitos emocionales saludables. 

Qué es la inteligencia emocional en niños

La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer y gestionar emociones propias y ajenas. Las habilidades sociales tienen su origen en valores relacionados con la empatía, mediante la inteligencia emocional vamos a ser capaces de reconocer los sentimientos de otras personas y actuar en consecuencia. 

Además, la gestión de los sentimientos propios va a ser fundamental, mediante la inteligencia emocional vamos a conseguir que nuestras emociones sean una parte saludable de nuestra personalidad. 

Los primeros años de formación son muy importantes para el aprendizaje emocional. Un niño aprende a percibirse a sí mismo, a autorregular sus sentimientos, a controlar los impulsos emocionales y a gestionar el estrés y la ansiedad. Las primeras etapas educativas van a ser muy importantes para adquirir y poner en práctica estas habilidades, las actividades de inteligencia emocional permiten reforzar este tipo de aprendizaje. 

Actividades para trabajar la inteligencia emocional 

Estas son algunas de las actividades para trabajar la inteligencia emocional en niños que podéis realizar en casa. 

Diccionario de emociones

Poner nombre a las emociones ayuda a identificarlas. Un diccionario de emociones se compone de todos los sentimientos que podemos sentir en función de diferentes situaciones, para completar un diccionario de emociones es recomendable hacer una lista y añadir fotografías o imágenes que estén relacionadas con cada sentimiento.  

El objetivo es que dispongan de un listado de emociones que pueden sentir y puedan asociarlas a expresiones faciales y corporales concretas. 

Dibujar emociones

Dibujar emociones es una forma de ser proactivo ante nuestros propios sentimientos. Mediante dibujos esquemáticos, un niño puede representar emociones que se asocian a una serie de tarjetas. También podemos incluir un espejo en el que pueda expresar la emoción antes de dibujarla, mientras percibe su propia representación. 

Situación-emoción 

Para esta actividad será necesario preparar una serie de tarjetas, la mitad de las tarjetas expresan emociones, mientras la otra mitad explican situaciones que van a provocar una reacción emocional. El objetivo es que aprendan a identificar determinadas situaciones con las respuestas que van a producirse. 

Podemos ser muy creativos en la elaboración de estas tarjetas, incluyendo todo tipo de situaciones que puedan aparecer en su día a día. 

Diario emocional

Otra actividad para trabajar la inteligencia emocional es el diario de emociones. La escritura expresiva siempre nos ayuda a identificar y evitar la represión de nuestras emociones, en el caso de los niños, un diario centrado en las emociones no solo les va a permitir analizar su día, además van a ser conscientes de las actitudes que han tenido frente a situaciones emocionales cotidianas. 

Relajación

Al igual que sucede en adultos, las técnicas de relajación también son buenas para la gestión de emociones. Por una parte, van a descubrir que existe un estado de tranquilidad al que pueden recurrir en determinadas circunstancias, además, este tipo de actividad les permite reflexionar y obtener conclusiones acerca de sus propias emociones.

Soy tú

Para mejorar la empatía es muy útil sentirse otra persona por un momento. El juego de “Soy tú” permite crear dinámicas en las que nos ponemos en el lugar de otra persona, para descubrir sus emociones. 

El juego es sencillo, se plantean situaciones reales que hayan sucedido hace poco tiempo y se propone al niño que reaccione. En ocasiones es sorprendente comprobar cómo los más pequeños interpretan y reaccionan de forma creativa ante situaciones propias de los adultos. 

¿Cómo ha ido tu día?

Esta actividad es fundamental para desarrollar el carácter emocional de un niño. A diario es importante invitarlos a que expresen lo que han hecho en el colegio y sobre todo, cómo se han sentido en cada situación. 

Es importante que la explicación vaya más allá del “bien”, por eso no solo debemos escuchar, también es importante que preguntemos y consigamos que se sientan respetados cuando se explican. 

Mis propias virtudes

El aprendizaje emocional también incluye una parte importante de autoconocimiento y confianza. Mediante una actividad muy sencilla, podemos proponerle que se describa a partir de sus virtudes, de esta forma vamos a percibir cómo se ve a sí mismo, cuáles son sus fortalezas y cómo valora su propia personalidad. 

Emociones con mímica

Representar las emociones mediante mímica también es una actividad perfecta para que aprendan a expresarse. Esta actividad sirve como un ensayo, para que estén preparados ante las situaciones en las que deben expresar emociones. 

La inteligencia emocional como parte del aprendizaje académico

Las respuestas emocionales se desarrollan a partir de un aprendizaje concreto, que se genera durante la infancia y la adolescencia. En Palacio de Granda el aprendizaje emocional ocupa un espacio básico en todos nuestros planes de estudios, porque queremos que nuestros alumnos dispongan de las herramientas emocionales que van a necesitar en el futuro, convirtiéndose en adultos emocionalmente sanos e independientes.